Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2011

causa y efecto

Una duda, una pregunta que dice ser nueva, pero inevitablemente bajo el disfraz se le nota ese rostro de ontología oxidada , de empirismo de bata blanca, de racionalismo onírico. Una duda. Y unas alas que milimétricas forman tornados en Moscú El chicle que ayer compré, hoy se pega en mi bolsillo No puedo meter mi mano, me devuelvo a la casa a cambiarme pantalones Por eso llegue tarde hoy en la mañana La amonestación verbal me desanima Mi desánimo contagia al colectivero de vuelta a la casa El dice: mi día fue terrible Yo digo: por qué no compré mentitas Mas la pregunta por la decisión que no tomé  esconde una  visión  determinista de la vida, pero no, persisto en que soy libre   mejor me debí haber lavado los dientes debió haber sonado la alarma mejor debí  haber cargado el celular mejor debí  levantarme a media noche a buscar el cargador la culpa no es de los chicles, si no del sueño de aquella noche la pregunta parece ser nueva pero esconde no sólo otra pregunta factual,  si no por l

padre putativo

Al parecer soy San José P.P. En un sueño peleo con Pilato, Mientras ella en labores de parto no aguanta el dolor En otras ocasiones,  sueño ser el guardián del Santo Grial. La sangre de Cristo son dos, una niña y un niño. Quizás la réplica de Cain y Abel. Pero si yo no soy aquella sangre, Esos  niños entonces no son míos. Falta entones otro sueño,  donde un ángel me acelere  los papeles de adopción

padre putativo

Al parecer soy San José P.P. En un sueño peleo con Pilato, Mientras ella en labores de parto no aguanta el dolor En otras ocasiones,  sueño ser el guardián del Santo Grial. La sangre de Cristo son dos, una niña y un niño. Quizás la réplica de Cain y Abel. Pero si yo no soy aquella sangre, Esos  niños entonces no son míos. Falta entones otro sueño,  donde un ángel me acelere  los papeles de adopción

viaje al pasado

Ayer viaje al pasado, sobre la misma alfombra volví a mirar tus ojos, mi galantería de borracho y tu sonrisa, estaba aun la misma copa rota y mi polerón de trapero, me quedé la noche entera, tan cerca de ti como mi mano, la misma que al día siguiente tomó tu cintura para que no nos despidiéramos con cualquier beso.

Estar muerto

Ahora que estoy muerto no camino igual para llegar a mi casa Hasta cuando fumo, fumo distinto Como de otra forma, voy al baño de otra forma. Me di cuenta que estaba muerto cuando al desayunar Leía una novela de Blest Ganna (Restringí al desayuno la literatura por la facilidad que tiene de descolocarme de mis quehaceres diarios). Cuando tomo la micro parezco muerto, Y deseo que la micro choque para sentirme vivo. Lo bueno de estar muerto es que nada me interesa, ni me coarta. Estoy ni-ahí con todo. En mis sueños sueño estar vivo, pero desde la muerte Cual Lázaro discriminado por el poder de dios, Entonces me exilio. Así muerto descubro una gran tautología: Cuando se muere se muere solo No están los muertos, estos no existen, Sólo somos yo muerto y los vivos. Morirse es un placer onanístico Por eso los muertos no regresan a la vida. Por puro placer

Bulla

Comienza la bulla a desparramar las cucharas mi casa, parte desde las piezas o desde la puerta de entrada, alimenta el monstruo que emergió del desagüe y anidó en el espacio donde nació el basurero. Los otros cubiertos desfilan en el pasillo y se dirigen al baño los cuchillos son la excepción, se duermen entre los pliegues del sillón o entre los jarros de greda que aun viven, quieren no ser responsables de lo que su esencia los puede llevar a hacer. Los vasos y tazas, meretrices desde su fabrica se divierten bailando sobre la mesa y vomitando el vino donde se les de la ocasión. Comienza la bulla y las cucharas no hablan, en silencio oyen la música de sus zapatos y de los tenedores frotándose en el baño, de los cuchillos llorando, de las tazas vueltas locas y desorejadas. De vez en vez conversan con el piso, le preguntan por si apareció el cucharón de sopa, o el colador del té, los pisos les responden que no son responsables por las actitudes libertinas que puedan tomar estos utensilios

reyes y reinas

            No aceptó su gesto de caballero. A pesar que él insistió demasiado, ella prefirió las negras. Con seguridad, movió el peón que cubre al rey, inmediatamente después que él haya hecho lo mismo. Esperó cruzando sus brazos a que él jugara.             Antonio pensaba demasiado sus jugadas tanto así que por momentos sus movimientos parecían ser imprecisos, demostraba en su mirar algo de nerviosismo, Johana en cambio a pesar de la poca experiencia, creía tener la fórmula perfecta para derrotarlo.             Él movió un caballo al A3 y ella raudamente posicionó su reina al borde del tablero en un cuadro negro, tambaleando de paso el campo de batalla. Antonio se rascó el mentón simulando creer cuales eran las intenciones de Johana. sacó el peón que tapaba al caballo que movió anteriormente.             Johana entonces emprendió el ataque y posicionó su reina sobre el peón dejando a Antonio en jaque.             Victoriosa de aquella amenaza desabotonó su blusa y la dejó caer, de p

Borges

Bajo el notorio influjo de Chesterton (discurridor y exornador de elegantes misterios) y del consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida), he imaginado este argumento, que escribiré tal vez y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles. Faltan pormenores, rectificaciones, ajustes; hay zonas de la historia que no me fueron reveladas aún; hoy, 3 de enero de 1944, la vislumbro así. La acción transcurre en un país oprimido y tenaz: Polonia, Irlanda, la república de Venecia, algún Estado sudamericano o balcánico... Ha transcurrido, mejor dicho, pues aunque el narrador es contemporáneo, la historia referida por él ocurrió al promediar o al empezar el siglo XIX. Digamos (para comodidad narrativa) Irlanda; digamos 1824. El narrador se llama Ryan. Platón, Parménides, los escritores que participan en la Biblia son entre muchos tantos los que para comunicarnos ciertas verdades han preferido la literatura. El problema reside siempre en qué es eso verdadero que

Vengo a mostrarte las raices

Vengo a mostrarte las raíces Con mis uñas negras rasguñé los pilotes de un muelle abandonado Y marisqué en la oscuridad locos, lapas y uno que otro erizo Llegue a la tierra al salir de ella En el grito de los tubérculos cuando las lombrices se alzaron como pistilos Cuando las piedras se convirtieron en flores secas No soy el mar Pero de la mar vengo a mostrarte las raíces -Hediondas como cráneos Secretas como tumbas- Distribuyo los moluscos en una hoja milimetrada Y dibujo en sus conchas las constantes x e y Con un plumón permanente Para que cuando guarden las cenizas de mis pulmones Quede dibujado el infinito Las papas no guardan ningún secreto Poseen la oscuridad y las raíces Pero fueron despojadas del vitelo y de la sal Quiero una matriz para dormir suspendido en el universo Una coraza de metal blanco Llena de algas como pelos Topó en el fondo de la olla El universo convertido en manjar Provisto de un limón Se transmutó el secreto

Russell y Futurama: paradojas y relatividad lingüística

En el capitulo 4 de la primera temporada de Futurama, el profesor Hubert J. Farnsworth, asegura que la materia oscura –el combustible que utilizan para la nave espacial tiene la cualidad de que cada kilo pesa más de cinco mil kilos, lo que en palabras de lo anónimos editores de Wikipedia corresponde a un absurdo similar a afirmar que un   kilo   de hierro pesa más que un   kilo   de paja. Me arriesgo a decir que esta apreciación del ficticio combustible no tiene relación con dicho absurdo, si no que esta mucho más cerca de una paradoja lógica aunque con ciertos reparos que terminan por con comprender esta frase como un juego del lenguaje. Las paradojas son errores lógicos de los cuales se pueden extraer conclusiones verdaderas y falsas a la vez. Entre las paradojas más famosas encontramos la descubierta por Bertrand Russell luego de leer el primer volumen de Las leyes fundamentales de la Aritmética de Gottlob Frege, cuando éste, con todo el afán logisista intentó fundamentar la