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Mostrando entradas de agosto, 2010

la muerte del gato Henríquez (cuento)

Yo no conozco ni conocí Talcahuano, me lo imagino sombrío con nubes que jamás se dispersan, con muelles oscuros olor a sal, no sé. Supe que arribó con la lancha hundida de pescaos, no se tampoco que pescaos eran, ni que día ni como fue el negocio, la cosa es que no era primera vez que arribaban al muelle. Me contó que era común perder gran cantidad de pescaos por culpa de los conocidos Gatos. Ya con el tiempo que llevaban visitando aquella caleta lograron ser presa fácil para el gato Henríquez, lo conocían, sabían de él, donde vivía y donde solía gastar lo que se ganaba. Con el poco sueldo que tenían las noches en tierra se le hacían largas, ajeno a la caleta y lejos de su familia. Alcanzaba algunas veces para un minuto por teléfono y cuando no, para alguna postal del lugar. Creo que esas son las únicas imágenes que tengo de Talcahuano. Me cuenta que un día, hartos de las pocas ganancias que recibía por ir a la mar, se sumó a un negocio con cierto grado de ilegalidad, donde hasta el pa

PAREN LA GUEA!!!

El origen del pensamiento se ancla ante el miedo que causa la naturaleza, el hombre a intentado desde tiempos inmemorables doblar la mano de la naturaleza, primeramente intentó construir la ciudad, murallas que permitieran la seguridad frente a los posibles ataques. Después e hilando más fino el hombre creó el estado, con ellos las leyes. Pero todo esto sólo cubría un ámbito de lo que podría hacer temer al hombre. Aun la naturaleza golpeaba la mesa en el momento que le pareciera pertinente. Aun las lluvias, los eclipses, los huracanes, o terremotos eran los pesares del hombre. Para ello el hombre creo el pensamiento y con ello las ciencias. A través de los años las ciencias lograron afinarse siendo en tiempos el tribunal de la razón. Su estructura, su método y su finalidad era una actividad plausible y admirable. El hombre entonces se dio cuenta de su poder, el hombre puede predecir y pronosticar. Nacimos en un mundo donde podemos incluso organizarnos sabiendo que ropa nos pondremos ma

cuento: ahi estaba sonia

Ahí estaba Sonia Ahí estaba Sonia, mi ex mujer, con la mirada perdida y en silencio, el mundo giraba sin importarnos y sin mirarnos, el mundo giraba inundado en una bulla ensordecedora. No era para menos. Los amigos de Lucas lloraban desahuciados, abrazándose entre ellos   y consolándose, nosotros cada vez nos volvíamos menos ajenos y más cordiales, aquella cordialidad que sólo se da en silencio, una especie de empatía. Ahí estaba Sonia y ahí estaba Lucas, ahí estaba el cadáver de Lucas. Aquel ya no era mi hijo, era solamente una de las tantas cosas bellas que dejó en este lugar. Descendía su cuerpo y el silencio me absorbía. De pronto Sonia cruzó por entre la gente y nos dimos cuenta que sólo nosotros éramos nuestro consuelo. Se apoyó en mi hombro mientras mi mirada seguía pérdida y mi boca siempre en silencio y mi corazón latiendo al ritmo del sonido de la tierra golpeando el cajón. Miraba el sepulcro mientras retazos de recuerdos me golpeaban como latigazos, pensaba que Sonia le su