La cosa era bastante sencilla hasta que aparecieron los árboles de flores violetas y una mujer entre ellos con un largo vestido color vino sentada en una roca, el cielo comenzó a hacerse nítido y los actos lentos, entonces dejé todo de lado y caminé hacia ella que sin abrir la boca me dijo “buenas tardes”. No contesté y le besé el cuello, su rostro empalideció y nos perdimos en el vacío.
-siempre es lo mismo
-claro- le respondí- son mis sueños.
-no me interesa tu responsabilidad sobre mi ser, no siempre estarás durmiendo.
-debería comenzar a interesarte- le dije mientras se borraba parte de su cuerpo como arena esparcida.
La cosa era bastante sencilla hasta que aparecieron los árboles de flores violetas y una mujer entre ellos con un largo vestido color vino sentada en una roca, el cielo comenzó a hacerse nítido y los actos lentos, entonces dejé todo de lado y caminé hacia ella que sin abrir la boca me dijo “¿te interesa pasear por El Yugoslavo?”
-por supuesto siempre que sea contigo, ¿te interesa caminar por la playa?
El cielo se blanqueó en una confusión de nubes para dejar oír una que otra ola reventando
-siempre que sea contigo –respondió ella.
-el problema es que estoy harto de ti.
-siempre que sea contigo –continuó repitiendo hasta convertir la frase en un eco de vendavales.
-lo que quiero es ver tu rostro cuando acabe esto, que tu beso no sea solo mió, si no también tuyo.
-no me interesa tu responsabilidad sobre mi ser, no siempre estarás durmiendo.
-pero si cuando no estoy durmiendo tú no eres tú. Ahora eres todo lo que yo deseo. Fuera de mí no existes.
Tomó con sus manos mi rostro descompuesto. Besó mi frente y sin abrir la boca dijo lo irrecordable
-siempre es lo mismo
-claro- le respondí- son mis sueños.
-no me interesa tu responsabilidad sobre mi ser, no siempre estarás durmiendo.
-debería comenzar a interesarte- le dije mientras se borraba parte de su cuerpo como arena esparcida.
La cosa era bastante sencilla hasta que aparecieron los árboles de flores violetas y una mujer entre ellos con un largo vestido color vino sentada en una roca, el cielo comenzó a hacerse nítido y los actos lentos, entonces dejé todo de lado y caminé hacia ella que sin abrir la boca me dijo “¿te interesa pasear por El Yugoslavo?”
-por supuesto siempre que sea contigo, ¿te interesa caminar por la playa?
El cielo se blanqueó en una confusión de nubes para dejar oír una que otra ola reventando
-siempre que sea contigo –respondió ella.
-el problema es que estoy harto de ti.
-siempre que sea contigo –continuó repitiendo hasta convertir la frase en un eco de vendavales.
-lo que quiero es ver tu rostro cuando acabe esto, que tu beso no sea solo mió, si no también tuyo.
-no me interesa tu responsabilidad sobre mi ser, no siempre estarás durmiendo.
-pero si cuando no estoy durmiendo tú no eres tú. Ahora eres todo lo que yo deseo. Fuera de mí no existes.
Tomó con sus manos mi rostro descompuesto. Besó mi frente y sin abrir la boca dijo lo irrecordable
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