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Todas las vidas es la vida

Todas las historias es la historia

Entenderme, saber quién soy, es también entender qué es lo que hay.

Entiendo el mundo así como entiendo las cosas

Sé que hay algo y la única manera que tengo de saber que es ese algo  es percibiendo y pensando

Sé que hay una indistinción entre las cosas y las palabras que tengo para pensarlas, sé que soy porque pienso y por mis pensamientos, sé que hay una indistinción entre yo y las cosas.

Explicarse el mundo,  qué cosas hay o qué soy yo ha sido la tarea del pensamiento desde que las ideas se hicieron palabras y sonidos.

Cada ser humano que está capacitado de lenguaje puede explicar el mundo, pero no en todo momento tuvo la posibilidad de comunicarlo a tanta gente. 

Hoy cada individuo puede explicar su mundo y llegar a todo el mundo, cada individuo puede sentarse frente a la cámara y narrar. Una analogía a la libre interpretación de la biblia que ocurrió gracias a la invención de la imprenta.

Antes o siempre solo unos pocos imponen un modo de explicar el mundo y las cosas, solo unos pocos imponen un modo de ser.

La inmoralidad de los dioses griegos, el incesto Egipcio,  la locura de los emperadores romanos, la prima nocte en la edad media, el ritual satánico, el canibalismo y la pederastia. Son el mismo relato que describen al mismo sujeto. Todas las historias sobre el sol y las madres vírgenes son distintas maneras de pensar el mismo fenómeno. El milagro, el truco y las ciencias, distintas maneras de manipular el percibir, lo que se puede pensar, la realidad y las cosas.

Hemos sido siempre la contraparte, los que no pasamos a la historia, somos quienes fuimos vencidos y vendidos, somos hijos de los ultrajados y olvidados, hijos de un uno cualquiera. Somos quienes no tenemos las armas ni el conocimiento.

Pero por desgracia somos iguales,  somos potenciales pensadores. Inevitablemente percibimos, pensamos y hablamos. Heredamos como única riqueza el lenguaje. Con el tiempo fuimos aprendiendo las mil maneras que tenemos de expresarnos y  de leer.

El robo de Prometeo, el mito de la caverna y la confirmación de la existencia: el conocimiento,  la mente y el yo, distintas historias del mismo hecho. Somos un ser vivo que se mueve buscando un sentido de existencia, buscando equilibrio y sosiego.

Un ser vivo pasando por los mismos momentos, momentos de la historia en que los olvidados y sin recuerdos llegan por fin al equilibrio, momento en el que surge otro modo de narrar un solo cuento o tener dominio de la razón.

Lograr esa plenitud  o equilibrio permite desarrollar nuestra potencialidad. El arte, la filosofía y la contemplación. Cada momento en que nos dignificamos como humanidad en la historia, desde que nos definimos como hijos de dios, o sujeto de derechos, son los avances que hemos tenido para poder llegar pensar lo que hoy pensamos, así de algún modo visibilizarnos

Cada individuo sabiendo pensar, hablar y con la posibilidad de ser escuchado, configura el mundo, dice qué son las cosas.

Hoy el desbordante flujo de información permite que algunos relatos cobren fuerza, es tan alta la definición de la realidad que cada palabra es un mundo posible, cada foto, cada video.

Todos estos relatos se enfrentan entre sí con la bandera de la verdad o el anhelo de permanencia, determinan y causan efectos en lo práctico y lo cotidiano. Cada verdad es dudable y cada falsedad tiene posibilidad de ser creída.

La realidad y las cosas tienen posibilidad de ser distintas, así como la tierra en algún momento estuvo al centro del universo para luego orbitar el sol.  Pero las cosas y la realidad también soy yo pensándola,  cuando explico cómo es el mundo me explico a mí mismo, digo ser quien soy.

Si la realidad es incierta también lo soy. ¿Soy realmente quien creo ser? ¿Nací o soy un cerebro pensando dentro de un laboratorio? ¿Moriré en algún momento?  ¿De qué manera me explico si todas mis ideas pueden no ser mías si ni siquiera es propio el lenguaje

Soy un ser incierto, absorto en mí ser. Una posibilidad del pensamiento intentando explicarse a sí misma, prestando atención a sí misma. Un ser que cada vez que se pregunta quién es afirma su autonomía para decidir donde enfocar la atención. Soy un ser incierto pero que aún reconoce tiene dominio de su atención.

No hay verdad, solo relatos de un mismo fenómeno. Solo incertidumbre y miedo. Solo existe quien lee o escucha estas palabras.

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