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el borde de la circunferencia


De algún modo me dirijo al borde de la circunferencia
Mis dedos vienen desde el centro
Con el lenguaje quieto y las palabras revoloteando
Como el decálogo de Moíses
No se preocupen les dicen ellos,
Esta vez no los conquistaremos
Sólo venimos a bailar con sus dioses y sus mujeres
A estos los conocemos desde que empezó el mundo
Las oraciones del borde de la circunferencia
Les parecían silabas sueltas, ladridos de perro,
y si sonaban bonitas, quizás cantos de pájaros
“tapir” decían, ellos miraban con la cabeza volteada
Sin poder apuntar con sus dedos al narigón cerdo que les chupaba los pies
Sin diccionario consiguieron hablar con el mandamás
hijo si no entiende porque reza, jamás entenderá por qué acá nos faltan grados pal triangulo

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