Yo no conozco ni conocí Talcahuano, me lo imagino sombrío con nubes que jamás se dispersan, con muelles oscuros olor a sal, no sé. Supe que arribó con la lancha hundida de pescaos, no se tampoco que pescaos eran, ni que día ni como fue el negocio, la cosa es que no era primera vez que arribaban al muelle.
Me contó que era común perder gran cantidad de pescaos por culpa de los conocidos Gatos. Ya con el tiempo que llevaban visitando aquella caleta lograron ser presa fácil para el gato Henríquez, lo conocían, sabían de él, donde vivía y donde solía gastar lo que se ganaba.
Con el poco sueldo que tenían las noches en tierra se le hacían largas, ajeno a la caleta y lejos de su familia. Alcanzaba algunas veces para un minuto por teléfono y cuando no, para alguna postal del lugar. Creo que esas son las únicas imágenes que tengo de Talcahuano.
Me cuenta que un día, hartos de las pocas ganancias que recibía por ir a la mar, se sumó a un negocio con cierto grado de ilegalidad, donde hasta el patrón de la lancha estaba conectado, claro él recibía la plata sólo por decir no haber visto ni escuchado nada al dueño de la lancha. Las lucas que logró juntar en ese día gran porcentaje se fue pa san Antonio, mientras un resto quedó pa pasar las penas en el lugar.
Dice que fueron a un local conocido, allí con unos pocos copetes en el cuerpo se fue a acostar, ya con dolor de cabeza por la falta de costumbre, mientras los otros quedaron bailando y tomando.
Despertó al otro día con el miedo rondándole, su amigo se le acerco y le dijo que tenían que huir, que debían salir de la lancha si esta no podía salir al tiro, que tenían que irse por último por tierra. Llamaron a algún pariente que los pudiera ayudar y partieron a san Antonio pa nunca más subirse a una lancha.
Me contó que ese día que se fue a dormir, apareció el gato Henríquez estuvo cerca de la mesa donde estaban sentados los tripulantes, su amigo ya con los copetes en el cuerpo le pegó un empujón, estaba ensimismado y recordaba todas las veces que aquel personaje se quedaba con las ganancias que ellos (los tripulantes) podían quedarse, rápidamente se armó la pelea que terminó con el gato Henríquez herido de muerte por la mano de un san antonino que sin pensarlo en él un cuchillo.
Me cuenta que el lugar era chico y todos se conocían, por eso para el pueblo el asesino fue el san antonino sin saber bien quién o cuál de todos era. Todos los tripulantes fueron buscados esa noche o al día siguiente la cosa es que los querían linchar. Todos eran culpables sólo por no ser de ahí
No me dijo si fue sabido el caso por la policía, ni si los que se quedaron por allá pudieron salir ilesos.
Lo único que supe es que llegó con ganas de no trabajar nunca más en la mar, no sólo por la mar, si no por la plata y las historias que jamás sabrá contarlas como las cuentan los hombres de mar
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